Hay dĂas en que simplemente no estĂĄs para nadie.
No quieres hablar. No quieres hacer. No quieres explicar.
Solo quieres existir bajito: ver algo reconfortante, no salir, llorar un poquito sin razĂłn y que nadie, por favor, te pida energĂa.
Y aunque durante años nos enseñaron que eso es âdrama premenstrualâ, la verdad es que es hormonalmente lĂłgico.
Esa sensaciĂłn de querer aislarte no es debilidad.
Es una peticiĂłn legĂtima del cuerpo cuando estĂĄs en fase lĂștea.
DespuĂ©s de ovular, tu cuerpo empieza a producir progesterona, una hormona que te ayuda a calmarte, a bajar revoluciones, a prepararte para âcerrar el cicloâ y âsi aplicaâ a sostener un posible embarazo.
Progesterona es tu hormona contenedora.
Te pide descanso, sueño, contenciĂłn, lĂmites suaves y mĂĄs raĂz que expansiĂłn.
Si todo va bien, esta fase se siente introspectiva, cozy, emocional pero funcional.
Pero si hay desbalance âcomo exceso de estrĂłgeno, baja de progesterona o cortisol elevadoâ esta fase se vuelve montaña rusa emocional.
Y ahĂ es cuando aparecen el llanto random, los pensamientos catastrofistas, el no poder dormir, los antojos salvajes y ese mood de âno soporto ni mi existenciaâ.
Spoiler: no eres tĂș exagerando. Son tus hormonas pidiendo espacio.
Una de las señales mĂĄs comunes de la fase lĂștea es querer bajarte del mundo un rato.
No porque odies a todos (aunque puede sentirse asĂ), sino porque tu cuerpo estĂĄ bajando el ritmo, y cualquier cosa que lo acelere te sobrepasa.
Estar mĂĄs sensible. Tener menos paciencia. Querer llorar por un TikTok de perritos.
Todo eso es informaciĂłn valiosa.
No significa que estés mal.
Significa que estĂĄs entrando en una etapa en la que necesitas mĂĄs suavidad y menos exigencia. MĂĄs âÂżquĂ© necesito hoy?â y menos âÂżquĂ© tengo que lograr hoy?â
No es que esta fase sea âmalaâ, es que casi nunca la planeamos bien.
Nos exigimos igual. Nos juzgamos mĂĄs.
Y eso hace que todo se sienta diez veces peor.
Pequeños ajustes pueden cambiarlo todo:
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- Dormir mås (progesterona ama el sueño profundo)
- Comer cĂĄlido y constante (los antojos vienen por algo)
- Dejar mĂĄs mĂĄrgenes en la agenda
- Mover el cuerpo suave, no intenso
- Evitar planes sociales si no se sienten bien
- Decirte que sentir mucho no es ser âexageradaâ, es ser cĂclica
Si tu cuerpo te lo estĂĄ pidiendo⊠sĂ.
No como castigo. No como drama. No como problema.
Sino como una decisiĂłn sabia de alguien que ya entendiĂł su ritmo.
Esta fase puede sentirse mĂĄs llevadera (incluso liberadora), si dejas de pelearte con ella, si la dejas ser lo que es: un cierre suave, una pausa natural, un espacio para volver a ti.
No necesitas ser productiva, brillante o encantadora todo el mes.
No es que tengas que esconderte. Solo necesitas un break del mundo. Y eso no tiene nada de malo.