Tiny Obsessions #04

Cosas que no cuestan una fortuna, pero valen muchísimo. No te cambian la vida. Pero te cambian el lunes y se sienten como un pequeño upgrade emocional.


Tried & Loved

1. Mascarilla capilar de linaza casera

Tres ingredientes, una olla, y rizos (o waves) que dijeron gracias.

La probamos porque queríamos dejar de comprar fijadores llenos de alcohol.

Y sorpresa: deja el pelo suave, definido y con ese acabado natural que hace que quieras tocarte el pelo todo el día.

Ya es parte del ritual.


2. Mascarilla de manos y pies de Mediheal

Parece broma. Pero suaviza como tratamiento de spa.

Es literal un guante o calcetín con suero adentro.

Te lo pones 15 min viendo una serie y luego sientes que tienes piel de princesa coreana.


In the Cart

3. Esponjas Konjac reutilizables

Parecen nada. Pero son todo.

Vienen secas como piedra, se hidratan, y limpian suavecito.

Cero abrasivas, biodegradables, y cute colgando en el baño. Aún no las tenemos. Pero están en camino.


Can’t Stop Thinking About It

4. Atomizador de vidrio ámbar

¿Necesario? No. ¿Ritualizante? 100%.

Lo rellenamos con agua de rosas o manzanilla, y lo usamos como reset entre pantallas y emociones.

Es básicamente mindfulness con rociador.


Tiny Joys

5. Bálsamo desmaquillante Dr. C. Tuna de Farmasi

Textura suave, efecto milagroso. Lo amamos sin hype.

Es un bálsamo que se transforma en aceite al contacto con la piel, eliminando hasta el maquillaje más necio.

Tiene manteca de karité y vitamina E, no arde, no reseca, no decepciona.

Lo usamos con cero expectativas y ahora no podemos vivir sin él.


Listening

6. Playlist en YouTube: “Soft Focus + Deep Work”

Tiene títulos como “for when you want to run away but also answer emails”

La dejamos de fondo y mágicamente hacemos cosas.

Cero ruido. Cero letras. Cien por ciento concentración suave.

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