¿Te suena? El checklist hormonal que ojalá te hubieran dado antes.

May 12, 2025

Hay días en que te sientes agotada sin razón, te olvidas de cosas básicas, te peleas contigo misma en el espejo o piensas que necesitas tres cafés para funcionar… y te preguntas:

“¿Será que tengo las hormonas locas?”

 

La respuesta rápida: no están locas, pero sí podrían estar desbalanceadas.

 

Y no, no necesitas ir directo al laboratorio ni hacerte un test carísimo para empezar a sospecharlo.

Tu cuerpo te avisa. Todos los días.

Solo hay que aprender a leer sus señales.

¿Qué es “estar hormonalmente en balance”?

No se trata de tener todo perfecto ni de vivir sin síntomas nunca.

Pero cuando tus hormonas están balanceadas, sientes que tienes acceso a ti misma:

a tu energía, tu deseo, tu enfoque, tu humor y tu cuerpo.

Cuando están fuera de balance, todo se vuelve más pesado, más confuso, más lejano.

Y lo tricky es que una hormona desequilibrada casi siempre arrastra a otra.

 

No es solo “baja de progesterona” o “estrógeno alto”. Es una conversación entera que se desajusta.

¿Y hay “una hormona culpable”?

Casi nunca es solo una.

Pero aquí te va un resumen corto (y con cariño) de lo que puede estar pasando:

Progesterona bajita → Te sientes ansiosa, no puedes dormir antes del periodo, lloras por cualquier cosa y tu menstruación llega antes de tiempo (con manchitas previas).

Estrógeno alto → Te sientes hinchada, sensible, con cólicos fuertes y te duelen las boobs. También puede haber migrañas y sangrados pesados.

Cortisol alto o bajo → Estás siempre en modo alerta o modo “ya no puedo más”. Tienes energía chueca: cansancio con insomnio, fatiga con ansiedad.

Testosterona baja → No tienes motivación, te sientes desconectada de tu deseo, baja masa muscular, piel seca, y casi nada te emociona.

Insulina fuera de control → Hambre todo el día, antojos extremos (generalmente carbs o cosas dulces, niebla mental, subidas de peso en abdomen, o sensación de no tolerar el ayuno.

Y lo más común: tener combinaciones de varias. Porque una cae… y las demás intentan compensar.

¿Tu cuerpo te está diciendo algo? Let’s check:
  • [ ] Te despiertas cansada aunque dormiste bien
  • [ ] Sientes que necesitas café o azúcar para funcionar
  • [ ] Tienes cambios de humor heavy antes del periodo
  • [ ] No sabes si ovulas o tu ciclo cambia todo el tiempo
  • [ ] Tienes antojos, hinchazón, ansiedad o ganas de llorar sin razón
  • [ ] Te cuesta trabajo concentrarte o memorizar cosas simples
  • [ ] Tienes periodos muy pesados, muy largos o muy irregulares
  • [ ] Tu líbido se fue de vacaciones y no ha regresado
  • [ ] Duermes mal sin saber por qué (y peor antes del sangrado)
  • [ ] Tu ciclo es un misterio o un caos (y ya te cansaste de las apps)
  • [ ] Te da hambre aunque acabas de comer
  • [ ] Tu intuición dice “algo no está bien”, pero nadie te da respuestas
  • [ ] Lloras por cosas random y luego no sabes por qué



Si dijiste que sí a varias, esto no es un diagnóstico.

Es tu cuerpo diciendo: hazme caso, please.

Y puede ser el inicio de algo muy bueno: una conversación más clara entre tú y tus hormonas.

Entonces, ¿cómo empiezo a entenderme?

Sin agobio, sin autoexigencia, sin supositorios de culpa.

  1. Empieza a trackear cómo te sientes a lo largo del ciclo.

    No solo el sangrado, sino cómo estás durmiendo, comiendo, sintiendo.

  2. Conecta síntomas con fases.

    ¿Esos bajones aparecen siempre en los mismos días? ¿Te sientes muy distinta antes y después de ovular?

  3. Anota lo que se repite.

    No para obsesionarte, sino para darte cuenta de patrones que te pueden dar claridad.

  4. Y si algo te hace ruido constante, busca apoyo.

    Tu gine, tu nutrióloga, tu endocrino o tu terapeuta hormonal te pueden ayudar a ponerle nombre y dirección a lo que sientes.

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