Fuimos. Volvimos. Seguimos pensando en estas cosas.
Algunas las compramos. Otras no. Pero todas viven con nosotras desde entonces.
Tried & Loved
1. Heroine Make Kiss Me Long and Curl Mascara
Lo compramos en Don Quijote rodeadas de caos. Pero este rímel fue paz.
Se siente ligero pero levanta. Dura todo el día, todo el clima, todo el llanto hormonal.
El empaque es dramático, rosa y con una princesa ilustrada. Justo lo que necesitábamos.
Ahora entendemos por qué es viral. Y por qué queremos backup.

2. Zapatos blancos tejidos de Mila Owen
Los vimos. Dudamos. Los compramos. Y ahora los queremos en todos los colores.
Son cómodos como pantuflas, pero te dan el mood de “editora de moda japonesa relajada”.
Nos los pusimos casi diario allá. Y aquí también.
Spoiler: ya buscamos los negros.

3. Matcha de Ippodo (Kyoto)
Lo tomamos como si fuera vino. Lo guardamos como si fuera oro.
Espeso, umami, con ese amarguito limpio que te pone en modo presente.
Lo compramos con respeto. Lo preparamos con devoción.
Y ahora vive entre nuestros tés favoritos, en nuestra cocina.

In the Cart
4. Libro de cocina CIBI: Simple Japanese-Inspired Meals…
Lo hojeamos después de un desayuno que nos hizo querer empezar una vida nueva con suéter de lino.
Desayunamos en CIBI. Su toast de masa madre y el oat latte estaban en otra dimensión.
Lo íbamos a comprar, pero nos quedaban 20,000 pasos por caminar.
Ahora vive en nuestro carrito de Amazon y en nuestros sueños de cocina emocional.
Sí, aún lo queremos.

Can’t Stop Thinking About It
5. Reposapalillos de cerámica que compramos “nada más porque eran bonitos”
No sabemos si vamos a cocinar sushi. Pero sí sabemos que los vamos a usar pronto.
Son chiquitos, de cerámica pintada a mano, con florcitas, conejitos o patrones que nos dieron ternura visual.
No tenemos palillos profesionales. No tenemos sushi set.
Pero vamos a tener que organizar una sushi night para que estén sobre la mesa.
6. El desmaquillante en rímel de Heroine Make
Lo probamos porque mi hermana sí lo compró. Lo ignoramos. Grave error.
Parece botecito de rímel azul bebé, pero en realidad era un removedor con cepillo que prometía quitar hasta el maquillaje waterproof más intenso.
Lo usamos una noche después de cenar, funcionó como magia… y aún así no lo compramos.
Llevamos semanas preguntándonos por qué.
Ahora lo vemos en TikTok y nos duele un poquito.
